miércoles, 2 de julio de 2025

Estrellas en un nuevo cielo de Emmanuel José Mahan Baena

- ¿Por qué te escondes?

-no quiero ir a la escuela mañana
- ¿Por qué no?, tus amigos estarán allí, es tu primer día, no te dejaran tareas, y será muy divertido.
-mi hermano siempre se queja de que la escuela es muy difícil
-que algo sea difícil no significa que hay que correr de eso
-pero me da miedo
- ¿recuerdas que antes te daba miedo la oscuridad?
-sí, todavía me da un poco de miedo
- ¿entonces porque saliste corriendo de la casa en mitad de la noche?
-casi siempre esta despejado, y la luna brilla lo suficiente como para que pueda ver por donde correr y no me de miedo
-exacto, así son las cosas que dan miedo, por más oscuro que se vea todo siempre hay una luna que te guía y te ilumina el camino
-¿ y si no hay luna ese día?
-aún quedan millones de lucecitas que nos guían, nos dan un camino para seguir adelante. 

Mi primer día de clases fue increíble, el segundo también, al igual que el tercero, cuarto y así siguió hasta graduarme, al menos así lo recuerdo, ya ha pasado un tiempo, me gradué con honores, pasé a la mejor universidad que tiene este país, encontré un apartamento en la ciudad, en mi finca andaba libremente, aquí luchaba por no chocarme con las paredes pero es acogedor. 

Me costó mucho levantarme, la alarma no suena tan fuerte como mi gallo, me aliste tan rápido como pude, de nada sirvió, el bus no quería pasar, cuando por fin llegue a la universidad me confundí de salón, al desayunar y casi desmayarme por el precio de un café, no habían sillas me senté en un muro, esperar 3 horas para la próxima clase es más difícil de lo que imaginaba. 

Terminaron las clases del día, siento que no entendí nada, devolverme a la casa a hora pico fue toda una travesía digna de homero, En la noche cuando por fin llegue, tire mi bolso, me asome al balcón, mire al cielo, pero no había nada, todo estaba nublado, ahí entendí que en la ciudad no se ven estrellas, no con facilidad, empecé a llorar, mi celular sonó, era mi mama.
-hola, hijo, ¿Qué tal tu primer día de clases?
-mama, mañana me voy para la finca, (dije yo en un esfuerzo inútil por contener las lágrimas)
- ¿día pesado?
-horrendo
-inténtalo un día más hijo mío
-y si el día que viene también es horrendo
-entonces lo intentas un día más
- ¿y si ese día y el que le sigue también son horrendos?
-lo intentas una vez más, hasta que veas salir la luna. 

Su vos sonó tan tierna que no encontré forma para no darle la razón, sonreí un poco y le dije “pero ¿y si extraño a mis vacas?” con un tono más bromista, “ellas estarán aquí cuando vuelvas… o quizás no, depende de cuanto te demores” dijo ella, bromeando, o eso espero. 

Pasaron los días, en la ciudad poco a poco el cielo dejo de estar nublado, y yo aprendí a ver las estrellas de este nuevo cielo, hoy por fin estoy de nuevo en la finca, traje unas matas que me pidieron y unas flores, cuido para las vacas y otras cosas de la ciudad, estoy feliz de estar en mi finca, triste por las razones, te amo mama, hoy el cielo tiene una nueva estrella.

1 comentario:

  1. Es un cuento muy conmovedor, honestamente sentí un escalofrío al terminar de leerlo, entré a leerlo porque el nombre me llamó la atención entre todos los demás y nunca esperé tener esta experiencia, esta increíble.

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