miércoles, 2 de julio de 2025

El estudiante y el muro de Walter Rengifo Carvajal

 A veces, la vida se parece a un muro. Lo supo Elías la mañana en que su nombre desapareció del sistema académico. Había esperado años para volver a la Universidad, y ahora el sistema lo expulsaba con un clic: “Matrícula bloqueada por no pago”.

No fue por falta de ganas ni por irresponsabilidad. Fue por esa bestia muda que le devoraba el pecho: una ansiedad que lo paralizaba y lo empujaba al borde. Había sobrevivido traduciendo textos mal pagados y dibujando mapas antiguos para un librero ciego. El dinero no alcanzaba. Pero, aun así, pidió reingreso. Y la Universidad lo aceptó.

Elías escribió cartas. Adjuntó certificados. Rogó. Argumentó. Citó la Constitución como quien alza una linterna en un túnel. “Tengo derecho a estudiar”, decía. Pero el muro respondía con silencio o con artículos fríos: “Artículo 14. El pago debe realizarse en los plazos estipulados”.

—¿Y si estoy enfermo? —preguntaba.
—El sistema no contempla excepciones —respondían.

Entonces fue al Palacio de Justicia, buscando palabras más altas. Presentó una tutela. Llevaba consigo su historia clínica y una carta que le temblaba en las manos. “No pido privilegios —escribió—, pido un plazo. Pido que el muro escuche”.

El juez lo negó. El Tribunal confirmó.
Pero en la última línea de la decisión, alguien escribió: “Acuda, si desea, a su facultad antes del 13 de junio. Tal vez puedan ayudarle”.

Elías leyó esa frase como quien encuentra una grieta en el muro. Tal vez no era una puerta. Pero era algo.

La madrugada del 13 de junio tomó el metro y caminó bajo la lluvia hasta la Universidad. Nadie sabía si podrían ayudarlo. Nadie sabía si aún existía un trámite. Pero él fue. Porque a veces —solo a veces— los muros ceden ante quienes no dejan de tocar.

Después, en su cuarto alquilado, escribió una última carta. No a la Universidad ni al juez, sino a la Corte más alta del país. No hablaba solo de sí mismo: hablaba de todos los Elías. De quienes estudian con ansiedad, con hambre, con miedo. De quienes no caben en los formularios.

Pidió que alguien mirara más allá de los plazos, los artículos y las pantallas que dicen “bloqueado”. 

No pidió justicia para él.
Pidió sentido común para el muro.

1 comentario:

  1. A 781 estudiantes de la UN les cancelaron la matrícula en pleno semestre de 2025 por no pago. Este cuento narra la lucha contra el muro para poder seguir estudiando.

    ResponderEliminar